martes, 23 de noviembre de 2010

UNA PEQUEÑA MIRADA A NUESTRA CIUDAD






Por una mirada, un mundo;
Por una sonrisa un cielo;
Por un beso... yo no sé,
Que te daría por un beso?






 
Pensar en las miradas, bien podríamos concluir que se trata de cierta forma en un mejor modo de ver, tal vez un poco crítico, emancipador o liberador, todo el recorrido que hicimos por las calles y lugares de nuestra ciudad. Una mirada que nos ayudó a abrir los ojos, es decir a ser conscientes de que realmente sucede en el mundo. Nos ayudo a recocer cómo nuestras miradas están generalmente ligadas a posiciones y perspectivas.
Todo esto se trata de aprender, a ser conscientes y estar atentos. Se trata de comprender mejor, salir, explorar una senda diferente, liberar nuestra propia mirada, teniendo en cuenta  la perspectiva de los otros, esos otros que si existen aunque pasen muchas veces, que tienen una vida, que tienen sueños, que sienten y piensan. Y no sólo hablamos de  los seres animados sino también de loa animados que hacen parte del paisaje urbano, que cuentan historias y guardan secretos. Esos lugares frecuentados por niños y padres, por enamorados, por feligreses, por compradores, por curiosos o por apasionados.
El caminar por pasto y al lado de mis compañeras, hizo sentir la fuerza que ejerce una calle y poder experimentar como a cada paso se iban desplegando ante nuestros ojos, un sinnúmero de situaciones y de nuevos lugares que hace anos que están ahí, pero que nunca hemos visto. Ahora nos damos cuenta que el caminar tiene relación con el poder ver. Poder abrir nuestros propios ojos, mirar los ojos de los demás, mirar a la señora que corre bajo la lluvia, al ejecutivo, al empleado, al taxista, al niño que juega feliz en el parque bajo el cuidado de su padre, mirar a los hombres que viven( o mejor sobreviven) en la calle disfrutando tranquila mente de un almuerzo teniendo como guardianes a sus fieles perros, amujeres quen trabajan vendiendo su cuerpo dando placer a sus clientes y esquivas a nuestra cámara, a muchos en sus quehaceres diarios y a otros que solamente viven viendo pasar el tiempo.

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